Cualquier proyecto es un proceso complejo que requiere la colaboración de muchas personas. La importancia de la gestión de proyectos de traducción a veces pasa desapercibida, sobre todo cuando las cosas salen bien, pero no por eso debemos dejar de darle el reconocimiento que merece. Los gestores de proyectos de traducción o project managers (PM) son piezas clave en todo este proceso y en este artículo trataremos de explicaros por qué son imprescindibles.

¿En qué consiste el trabajo?

Un(a) PM se encarga de supervisar todo el proceso de traducción de un documento o varios documentos a una o varias lenguas de destino. Se encarga de las relaciones con los clientes, de asegurarse de que en cada parte del proyecto trabaja la persona adecuada y, lo que es más importante, de controlar los presupuestos y los plazos.

Para entenderlo mejor, imaginemos lo siguiente: si estuviéramos construyendo una casa, el/la PM se ocuparía de la arquitectura, es decir, de diseñar todos los aspectos de la casa de arriba abajo; luego, buscaría contratistas (lingüistas) que pudieran construir esos diseños dentro del plazo y del presupuesto pactados; una vez comenzada la construcción (traducción, revisión u otra tarea), se asegura de que todo se haya terminado correctamente antes de dar las llaves a los nuevos propietarios (entrega al cliente).

Las competencias que debe reunir sí o sí

Un(a) buen(a) PM debe tener un excelente conocimiento del proceso de traducción y del propósito de cada encargo, así como un impecable dominio de su(s) lengua(s) materna(s) y de al menos otras dos lenguas extranjeras. Debe saber gestionar personas, proyectos y presupuestos ateniéndose a los plazos (¿hemos dicho ya presupuestos y plazos?).

Los/las PM trabajan codo con codo con los clientes, por lo que deben tener excelentes dotes de comunicación para poder explicar términos técnicos en términos sencillos cuando sea necesario, negociar, ofrecer asesoramiento y, a veces, incluso apoyo emocional. Es crucial mantener relaciones estrechas y sanas con los clientes, lo cual, al final, puede ser muy gratificantes para ambas partes.

Por otro lado, son el enlace con los lingüistas que participan en los proyectos, ya sean autónomos o trabajen en plantilla. Por ello, deben mostrar una gran capacidad de organización y un buen conocimiento de las competencias y la experiencia de sus lingüistas, para así distribuir y supervisar adecuadamente el trabajo y comunicarse con ellos con fluidez a lo largo de todo el proceso. No olvidemos que un día en la vida de un(a) PM consiste en establecer prioridades a cada minuto para asegurarse de que todo el mundo hace su trabajo y evitar así situaciones estresantes cuando algo no sale según lo previsto. Debe aprender a tomar decisiones rápidas y disponer de muchos recursos bien organizados para encontrar soluciones de la forma más eficaz posible.

Probablemente, una de las principales cualidades que debe tener un(a) PM es la atención a los detalles y la precisión, ya que es la última persona responsable de que todos los documentos finales estén listos para entregar conforme a las condiciones pactadas con el cliente.

También es esencial saber manejar diferentes herramientas y programas informáticos específicos que les ayuden en sus tareas, a lo cual contribuye estar siempre al día de las nuevas tecnologías y tendencias del sector. Para ello, es muy recomendable contar con un plan de formación continua y crear una sólida red de contactos del gremio. Nunca se sabe cuándo te puede venir bien volver a ponerte en contacto con aquella traductora de búlgaro tan simpática que conociste en un taller de traducción financiera en Zaragoza.

Conclusión

Como veréis, el trabajo de gestión de proyectos de traducción es bastante variado y a veces supone muchos retos. En Transword, sabemos lo importante que es contar con PM competentes que velen por las necesidades de nuestros clientes y se aseguren de que todo marcha sobre ruedas. Podéis confiar en que vuestros proyectos están en buenas manos, de principio a fin.

 

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